A mis niñas

Mis queridas y amadas sobrinas, quizás no lo sepan, pero cada vez que he sentido que las fuerzas se me agotan, he pensado en ustedes, me he secado las lágrimas y he seguido sin rendirme. Hoy públicamente me estreno como “tía chocha” lamento no hacerlo con cuentos de hadas, pero les aseguro que cada palabra encierra el gran y profundo amor que provocan en mí.

Debo empezar diciendo que no creo que sean unas princesas, son mucho más que eso,  son unas guerreras que a su corta edad han demostrado ser valientes, fuertes, maduras; hijas y hermanas absolutamente amorosas, que miran al mundo desde otra perspectiva, son la nueva generación que no admite un “calladita te vez más bonita”, “las mujeres no preguntan, no cuestionan  y aceptan lo que los hombres digan”, son libres de decidir, opinar y seguir los sueños que tengan sin límites, saben que las tareas de casa las hacemos todos y me enorgullece verlas crecer felices y enseñarle a la tía como se maneja el TikTok.

No vinieron a este mundo a cumplir roles estereotipados, no tengan miedo de ser ustedes mismas, con el pasar de los días comprenderán el poder de las monosílabos SI o NO, se amaran tanto a sí mismas que no permitirán que sus decisiones estén condicionadas a lo que piensen los demás.

Me encantaría decirles que todo será hermoso en su caminar, pero no es así, a lo largo de su vida se encontrarán con muchas situaciones o personas, algunas serán un confort y otros un tormento, de estas últimas aléjense, no dejen que nadie las lastime de ninguna forma, porque aunque a veces puede que parezca amor, eso no es amor, es violencia.

La violencia tiene muchas maneras de manifestarse y a ella hay que ponerle un alto, si eso les llegara a pasar (rezo a Dios que nunca suceda), les pido que usen su poderoso monosílabo y digan NO. NO Porque no lo merecen, NO porque no se lo buscaron, NO porque un NO a tiempo puede cambiar el rumbo de sus vidas.

Recuerden que siempre podrán contar conmigo, yo cuento con ustedes, cuando inicié este escrito les dije que han sido mi motor para seguir adelante y así realmente es, porque ser mujer política me ha traído momentos no tan buenos; mi vida privada ha sido expuesta, me han insultado, me han difamado hasta las lágrimas, sin embargo entendí que a veces es necesario hacer camino para las que vienen, como ustedes mis niñas, si algún día deciden hacer política el camino está allanado.

Mis niñas, lo que anhelo para ustedes, lo quiero para las demás, una sociedad, un país, donde todas puedan caminar sin miedo en cualquier parte, donde puedan ir a donde quieran sin que nadie las juzgue por como lucen, donde puedan acceder a un trabajo y salario por sus méritos académicos, donde no las discrimen por el hecho de ser mujeres libres.

Desde el corazón, su tía Marcela.

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